El combo para paliar la crisis mezcla obra pública, subsidios para frenar despidos y créditos al consumo. La aprobación de la ley que elaboró el Ejecutivo y que estatiza las AFJP y absorbe los ahorros de los trabajadores que optaron por el sistema de capitalización avanza a paso seguro en el Congreso. Ocurrido ese deseo presidencial la pregunta es: ¿Alcanzarán los $ 90.000 millones para hacer todo lo que el Gobierno quiere hacer además de lo que ahora se necesita hacer? La incorporación de los fondos de los jubilados parece tratarse de una caja infinita pero qué se puede hacer realmente es ahora la cuestión que Cristina y su marido empezarán a analizar con detenimiento. Es que, además de las obvias necesidades que impone el calendario de vencimientos de la deuda pública y el cronograma electoral; las consecuencias no deseadas del proyecto tendrán un impacto en la actividad económica que ahora será necesario paliar y que se suma a los efectos de haber calculado mal el golpe de la crisis internacional. Precio de la soja en baja y un ritmo de actividad por lejos menor al realmente previsto hace un par de meses harán la diferencia e insumirán seguramente gran parte de los fondos de los futuros jubilados.
Para que no quedaran dudas, el jefe de Gabinete, Sergio Massa, fue claro como el agua a la hora de enviar señales a todos los sectores en pleno debate parlamentario de la iniciativa oficial: “El Gobierno tendrá una política activa en la economía el año próximo”. Ese rol, claro está, incluiría las economías regionales cuyos próximos meses vienen bien movidos: en principio hay elecciones para renovar la mitad de la cámara de Diputados para los 24 distritos y un tercio del Senado (sólo votan Catamarca, Chubut, Córdoba, Corrientes, La Pampa, Santa Fe y Tucumán), además de la elección a gobernador de Corrientes y Santiago del Estero. El objetivo, además del inmediato que impone tal circunstancia, es mantener el nivel de actividad (que todos los sectores productivos denuncian en baja) en medio de la crisis internacional y del mal clima local.
“El Gobierno va a tener políticas muy activas, va a salir a jugar fuerte porque tiene superávit fiscal (Cristina Kirchner anunció el jueves 13 dijo que el superávit alcanzado al 31 de octubre fue de $ 11.376 millones, “treinta y pico, casi cuarenta por ciento de aumento interanual”), comercial y un nivel de reservas que le permite ser un jugador importante en términos económicos”, admitió Massa, quien se cuidó de no sumar en público los fondos que se le quitarán a las AFJP.
Por lo pronto, en los planes para evitar un colapso está el desarrollo de un programa de reactivación “integral” que va desde más obra pública hasta la financiación del consumo a través del mercado de capitales.
En los borradores del programa de asistencia ya figura una política activa en el sector de fideicomisos de consumo, hasta hace un mes financiados por las AFJP, cuyo rol será ahora reemplazado por la Anses; gran participación en el sistema financiero –en el mercado ya destacan la fuerte intervención del Banco Nación en el interior con vistas, justamente, a apuntalar la campaña electoral-; importantes planes de obras pública para ocupar mano de obra y combatir la restricción de personal que se ha planteado en el sector privado. En cuanto a los sectores a los que se prevé dar asistencia se cuentan la industria automotriz, la de electrodomésticos y textiles, que ya han comenzado a suspender personal.
En línea con este punto, cabe recordar que puertas adentro los sindicalistas de la CGT ha comenzado a tramar una suerte de fondo anticrisis con financiamiento público y privado para poder evitar la expulsión de mano de obra. Si bien la financiación de ese fondo (que aún no tiene un estimado) sería compartida, se especula con que la mayor parte de los recursos saldrá del Estado, y principalmente de los nuevos flujos que se incorporen con la llegada de los fondos previsionales.
El pago de la deuda, repetido con frecuencia en los últimos días, se encuentra según el Gobierno “garantizado” para el año 2009. Y para esto también pueden ser útiles los fondos previsionales que además del stock de $ 90.000 millones de pesos, los aportes al sistema superan los $ 1.000 millones de pesos por mes.
En detalle, el plan que se va gestando en los distintos laboratorios oficiales, principalmente el Ministerio de Planificación que conduce Julio de Vido, la Secretaría de Industria y, por supuesto, Presidencia, consta de lo siguiente:
u Obras públicas. Se impulsará fuertemente la obra pública en 2009. El objetivo es sostener los niveles de actividad económica en medio de la crisis financiera internacional y compensar la pérdida de puestos de trabajo en un marco en el que los empresarios del sector privado predicen reducción de jornadas, cesantías y hasta despidos. El Gobierno ya advirtió a los empresarios del rubro de la construcción del plan de obras públicas. Los fondos destinados a este aspecto rondan los $ 36.000 millones, es decir poco más de una tercera parte de los fondos que ingresarán cuando se ponga en marcha el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). El plan se financiará con la emisión de bonos y letras del Tesoro que se estima comprará la Anses, con su fondo de garantía previsional. El propio titular del organismo, Amado Boudou, admitió que el organismo comprará títulos públicos para financiar obra pública y proyecto de producción que apuntalen el consumo.
En la actualidad el Fondo de la Anses que se creó el año pasado con la reforma del sistema previsional en el que se habilitaba al afiliado a una AFJP a su retorno al Estado cuenta con $ 21.000 millones al que se le sumarán los nuevos fondos que ingresen de las AFJP y el flujo constante de aportes. Según, la resolución que le dio forma, el organismo puede invertir hasta el 65% de su cartera en títulos públicos, un porcentaje que supera al que estaban habilitadas las administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones. u Sistema financiero y mercado de capitales. Se espera que el Gobierno, a través del Banco Nación, tenga una fuerte presencia en el interior del país con líneas de financiación para los distintos sectores productivos a tasas más bajas que las ofrecidas desde los privados y con tasas fijas en los primeros años del crédito, algo similar a la línea PYME que se lanzó este año y que ya tiene solicitados unos 3.000 millones (unos $ 1.800 millones ya fueron otorgados) de los 5.000 millones disponibles para la línea. La idea, igual que en el programa de obras públicas, es apuntalar a las economías del interior y mejorar el escenario para que no se produzcan despidos.
También la reforma de la carta orgánica del Nación (articulo 74 del Presupuesto 2009) autorizó al banco a prestarle al Ejecutivo. Podrá hacerlo siempre que esos préstamos se destinen a pagar deuda externa y obras de infraestructura por el 30% de los depósitos del sector público, que ronda los $ 60.000 millones. La asistencia podría sumar unos $ 18.000 millones a las acciones kirchneristas para afrontar los pagos de deuda y liberar en ese monto a la Anses, organismo sobre el que se apuntarán todas las miradas quien podrá dedicarse a colaborar en otras gestiones.
En lo que refiere al mercado de capitales se espera que la Anses tenga una participación más activa que la actual, especialmente en los instrumentos que financiaron al consumo en los últimos años: los fideicomisos financieros. Para ir solamente a los números de este año, de los fideicomisos lanzados por las principales 19 grandes cadenas minoristas entre enero y octubre pasado por casi $ 3.500 millones cerca del 35% quedó en manos de las AFJP. Este esquema permitió el financiar el consumo de alrededor de 3 millones de clientes. Pero desde que el proyecto oficial llegó al Congreso los fideicomisos que estaban programados y que rondaban el medio millón de pesos prefirieron entrar a boxes. Mientras tanto las cadenas esperan el anuncio formal de que el estado, a través de la Anses, será quien salve al instrumento de una extinción en la plaza. Dentro del total de fondos que sumará el organismo que dirige Amado Boudou, el apalancamiento de los fideicomisos será una proporción poco importante, salvo que la Anses pueda comprar instrumentos con calificaciones menores a las requeridas hoy a una AFJP.
u SECTORES SENSIBLES. El secretario de Industria, Fernando Fraguío, ha incrementado sus encuentros con empresarios de sectores sensibles en generación de mano de obra. Ellos son: la industria automotriz, curtiembres y textiles. Con el primero tuvo tres encuentros en las últimas semanas, se reunió con los empresarios del cuero y para las semanas próximas está prevista una reunión de la que además participará uno de los hombres de mayor confianza de Néstor Kirchner: Guillermo Moreno.
El discurso oficial explica que en las reuniones se le solicita a los empresarios que agudicen su imaginación y sus esfuerzos para no despedir empleados, en especial con las automotrices que durante los últimos años tuvieron ventas récord. Si bien desde esa cartera no quieren admitir ni negar a viva voz la gestión de planes de contingencia para estas industrias, las tratativas están en marcha y Massa ya anticipó que en alguna ayuda oficial se está pensando. Aunque todavía no lo sea, el Estado será rico y ya actúa como tal. Quienes se jubilen dentro de 15 años podrán dar cuenta de los resultados. |
